Por Falopa Didier
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¿Cuántas y cuáles son las cosas que tenemos permitidas disputar dentro de los espacios públicos que ocupamos, en los que nos formamos, con las que nos relacionamos o trabajamos?
¿Cuántas nos merecemos?, ¿cuáles no?
¿Cuántas nos permiten?, ¿cuántas nos niegan?, ¿cuáles omitimos?
¿Cuáles deseamos?, ¿Cuáles son nuestros deseos dentro de los espacios públicos?
Por estar ocupando vacante en un espacio o institución públicx,
¿Debemos atender con pasividad a los enunciados que se profieren ahí dentro?
¿Debemos aceptar con calma sus tintes tranquilizadores?
¿Cuántas son las violencias que permitimos,
las machiruleadas que consentimos?
¿Cuántas de esas practicamos y aún no deconstruimos
(por sonar amable y no decir destruimos)
colectivamente, en nosotrxs mismxs?
DECIR NO AL PATRONCITO APOLÍNEO
¿Cuántas son las precarizaciones salariales-corporales-artísticas-afectivas-públicas que toleramos?
¿Debemos recibir y nada más?
¿O como sujetas porosos, sensibles y deseantes de constituir nuevas realidades, tender nuevas subjetividades, podemos volvernos cuerpas inflamables hambrientas de disputar?
¿Qué y cómo nos deseamos a nosotres colectivamente dentro de un espacio público?
¿Podemos frenar al patriarca y decir: “No, acá no se termina la discusión, de acá no nos vamos tranquilas, acá empieza nuestra disputa”?
¡Queremos tomar tu institución! ¡Queremos el teatro público-municipal-nacional-gubernamental-parlamentario de fabricaciones sensibles y subjetividades que conducís! ¡Lo queremos tomar por asalto, queremos ser okupas, queremos incendiarlo! ¡Incendiar el parquet de la norma y la docilidad porque no estamos tranquilas!
No sólo no voy a dormir, me afirmo en que no voy a dormir tranquila,
no voy a seguir aceptando lo normal,
ya no quiero lo normal,
ya no me pertenece,
ya no es ese mi rancho,
ya no es ese mi afecto.
No, no voy a irme tranquila a seguir mi rutina de representaciones cotidianas.
en el bondi
en la cama
en la escuela
en la calle
con el cuerpo
en el teatro
en el bar
en el baile
en el garche
en el goce
en la birra
en el escrache
en el síntoma
en lo que me duele
en mi anomalía
en mis deseos
en mi intranquilidad
¡No me voy a tranquilizar!
Llamame histeria, decime escándalo.
Yo a esto te digo NO MÁS.
Enconchada hasta el hartazgo, te digo:
tu discusión, tu comunicado paquetero termina acá.
Nuestra disputa se enciende AKÁ.
Queremos ser espacios públicos,
¡QUEREMOS VOLVERNOS INCENDIAS PÚBLICAS!
Nos merecemos algo mejor
La disputa por nuestros deseos públicos!!!