- ORGIE
PRESO DE MI MORALES

Ya quisiera yo
ser un preso de Morales.
Requecho de sangre sudaca,
pero de alta moral
y de radicalísima riqueza.
Negaría mi cuna,
(incluso las tetas tibias de mi madre)
una, mil veces,
hasta ser digno de su mirar
o de los golpes de su policía.
Hundiría la nariz ancha
en sus camisas blancas
hasta sentir el olor a pólvora,
a sudor ajeno y tierra propia,
excitado como una quinceañera.
No tengo otro remedio,
milito para hacerle llegar
en audiencia pública
(el día de mi juicio)
mi admiración viril y temeraria.
Mientras recibo los porrazos
de otro jujeño hombre de Morales,
cierro los ojos y recuerdo
el pecho negro de mi madre,
las camisas blancas de Morales,
el cielo azul -que veo por última vez-
de mi patria querida
fundada a golpes y criada en prisión,
tan preocupada por castigar sus hijos rebeldes
que la cocarda aún no llega a nosotros, sus hijos más obedientes.